Resumen: Este simposio tiene como objetivo la discusión de diversos enfoques teórico-metodológicos que aporten líneas de evidencia complementarias para el estudio de los paisajes, considerando el Período Tardío-Inca (1000 – 1536 DC) en los Andes Meridionales. La Arqueología del paisaje, como marco interpretativo del registro arqueológico, ha realizado aportes al estudio de las interacciones humano-ambiente en una perspectiva de largo plazo, siendo esta una problemática central en la arqueología contemporánea. El concepto de paisaje se ha consolidado así en la arqueología como aquel espacio que alberga entidades de índole natural y cultural.
La arqueología necesita explorar ambas entidades para obtener un conocimiento más acabado sobre la interacción que existió entre ese entorno naturalmente presente y la dinámica antrópica o cultural que lo fue modificando a través del tiempo para satisfacer necesidades producto de idiosincrasias ligadas tanto a la vida cotidiana como a la esfera ideológica. De esta manera, todo paisaje implica ya una construcción social producto de la interrelación de mujeres y hombres con el entorno que los rodea, pudiendo existir tantos paisajes como grupos que lo habitan.
Como producciones socioculturales dinámicas, los paisajes son el registro de las generaciones que han morado en ellos, poniendo en práctica sus principios de organización social. En términos metodológicos, el conocimiento actual sobre los paisajes tardíos de los Andes meridionales en general, y del Noroeste argentino en particular, ha sido construido en gran medida a partir del estudio de la arquitectura y el emplazamiento de los espacios habitacionales y productivos.
Actualmente, los estudios espaciales se han visto favorecidos por el uso de vehículos aéreos no tripulados, Lidar, Sistemas de Información Geográfica y reconstrucciones por fotogrametría. Asimismo, nuevas investigaciones están aplicando el enfoque geoarqueológico con buenos resultados, no solo para discutir los procesos de formación que actuaron en los sitios arqueológicos sino también para reconstruir prácticas productivas a partir del estudio de los suelos y sedimentos. Por su parte, estudios arqueométricos han aportado desde análisis de microfósiles, macro-restos, isótopos estables, entre otros, que han permitido reconstruir dinámicas poblacionales del pasado. Al mismo tiempo, diversos enfoques elaborados dentro de la Arqueología del Paisaje -desarrollados principalmente en Europa y con importante repercusión en la arqueología local- han visto cuestionados sus principios teóricos y métodos de campo desde las arqueologías americanas, trabajando con comunidades indígenas y/o descendientes que apelan a incorporar las percepciones y conocimientos de las comunidades locales. Hoy, muchos estudios arqueológicos están incorporando cada vez más la investigación-acción participativa para valorar el conocimiento espacial local en las reconstrucciones del pasado.
En este punto, es interesante y necesario incorporar los valores e intereses locales, incluida la perspectiva de género, a los estudios tradicionales del paisaje arqueológico para profundizar la discusión en cuanto a la construcción de identidad social y de las relaciones humanas de los pueblos prehispánicos, y su materialización en el paisaje. Se propone entonces generar un diálogo entre las diversas estrategias teórico-metodológicas que se están aplicando al estudio de los paisajes arqueológicos, tales como arqueometría, geoarqueología, enfoques participativos, prospección remota, fotogrametría, e incluso memoria oral y patrimonio, entre otros. Si bien estos abordajes resultan muy versátiles, consideramos que todos aportan y enriquecen el análisis del paisaje, e incluso se complementan entre sí.
El análisis del paisaje no sólo conlleva la aplicación de métodos y técnicas arqueológicas para su potencial comprensión. En la actualidad, al poner en práctica cualquier herramienta metodológica que facilite el estudio arqueológico, es fundamental tener en cuenta la responsabilidad que conlleva abordar el estudio de aquellos espacios que alguna vez fueron habitados.
A través de este diálogo, proponemos desfragmentar metodológicamente la disciplina para entender la importancia inherente a cada método o técnica que permita abordar dicho estudio e integrar las mismas en la reflexión teórica sobre el paisaje arqueológico como así también sobre los sujetos y objetos que forman parte de este como una entidad única.